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~ Curiosidades del español dominicano

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Publicaciones de la categoría: Hablar Dominicano

Domingo Cimarrón

18 lunes Jun 2012

Posted by lyferreira in Argot Dominicano, Español Dominicano, Hablar Dominicano, Uncategorized

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A petición de un lector y a propósito de celebrarse próximamente un día feriado en los EEUU, hago un esbozo abreviado sobre el significado del día cimarrón. Popularmente dicho el en argot dominicano, los domingos cimarrones se refieren a cualquier día feriado que por fortuna, ha caído durante un día laboral. Por ende, por ser día de semana feriado, la gente dice que ha tocado un domingo cimarrón o literalmente traducido: domingo haragán. El significado de esta frase tiene sus orígenes en el vocabulario náutico cuando al marinero poco trabajador se le llamaba cimarrón. Más adelante, durante la época colonial, a los esclavos que se sublevaban y huían se les llamaban negros cimarrones, lo cual resulta bastante risible pues con semejante condición social de subyugarse a la labor gratuita, no era para menos darse a la fuga.

De entrada, se entiende que durante los domingos no se trabaja, y por consiguiente el llamar un día feriado domingo cimarrón resulta en una redundancia. Sin embargo, si nos situamos en el contexto estadounidense, los domingos cimarrones (literalmente hablando) son bienvenidos, pues por lo general en EEUU, muchos de los días feriados caen lunes, lo que significa que durante ese domingo podemos posponer los preparativos de la semana. De ñapa, nos podemos ir de parranda pues como no se trabaja al día siguiente, entonces tomamos ventaja del domingo haragán, pues al día siguiente toca un lunes cimarrón.

Notas sobre el léxico

24 jueves May 2012

Posted by lyferreira in Argot Dominicano, Español Dominicano, Hablar Dominicano

≈ 2 comentarios

A medida que voy desarrollando este proyecto, quiero aprovechar algunos espacios para hacer comentario sobre el inventario léxico en el argot dominicano. Nuestro vocabulario es rico e innovador. Además de nutrirse del castellano peninsular cuya consolidación en el siglo XV permitió la incorporación de neologismos derivados del árabe y demás dialectos peninsulares como el aragonés y el leonés, el espíritu de aventura del siglo XV hace que por primera vez la lengua española sea un ente portátil trasatlántico. Es esta movilidad del español que da lugar a una serie de transformaciones lingüísticas en nuestra isla, quedando como resultado la variedad dominicana.

Primeramente, el oficio marítimo contribuyó de manera significativa a que el español que llegase a la isla fuera un español de ultramar, caracterizado por el uso de marinerismos, como por ejemplo pulpería que en la actualidad tiene poco que ver con pulpos. A esto se le suma el contacto de la lengua castellana con las lenguas autóctonas, surgiendo así los indigenismos que nos otorga el derecho de decir auyama en vez de calabaza y ají en vez de pimiento. Que no se nos olviden los afronegrismos, pues es más sabroso decir chévere que muy bien. Y hoy día, con la globalización del inglés en manos de la tecnología, usamos anglicismos para decir que ese carro ta’ full, sin que signifique que el carro esté lleno.

Estas permutaciones lingüísticas, además de enriquecer nuestro idioma, quien Pedro Henríquez Ureña celebra como “una lengua caracterizada por su aire antiguo, con gran número de expresiones tradicionales que corren normalmente y ya no se oyen en la mayor parte del mundo hispánico”  dejan un valioso inventario léxico difícil de igualar.

Shibboleth

13 domingo May 2012

Posted by lyferreira in Argot Dominicano, Español Dominicano, Hablar Dominicano, Perejil, Uncategorized

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Cuando nos encontramos en una situación de convergencia lingüística, nuestro primer instinto es ubicar la procedencia de cada uno de los participantes. Si el hablante pone todas las s donde deben estar y dice platicar en vez de conversar, dícese que el hablante probablemente sea mexicano. Si usa el vos y llama a la fresa frutilla o fonéticamente dicho «frutisha,» colocamos al hablante en Argentina. Esto es lo que en términos lingüísticos llamamos el effecto shibboleth.

De origen hebreo, shibboleth se zanja en un relato bíblico, cuya pronunciación de dicha palabra permitía hacer una diferenciación entre las tribus de Galaad y Efraím. La distinción se hacía entre los que tenían la facultad de proununciar el sonido inicial fricativo similar al ejemplo «frutisha» y los que carecían de esa destreza articulatoria, probablemente produciendo el mismo sonido como africado ch. La palabra shibboleth se utlizaba entre los galaaditas para demarcar territorios y para prohibir a los de la tribu Efraím cruzar el río Jordan. A su vez, los miembros de la tribu de Efraím, al no poder pasar la prueba de articulación, eran identificados como enemigos y se les mataba mediante una inmediata degollación.

Es intersante que a pesar de ser una historia milenaria, un simple trueque de las palabras shibboleth por perejil y del nombre de los ríos Jordan por El Masacre dan lugar a que en República Dominicana se repita esta historia aunque no en un pasado muy lejano. Pues una cuestión de vida o muerte para el haitiano, se reducía simplemente a la pronunciación de una palabra.

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